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La proporción divina

Los números han fascinado a los científicos por años. El poema que acabas de leer hace referencia a un número que se encuentra en la distribución de las hojas de las plantas, en las obras de Da Vinci, en la arquitectura antigua y muchos otros fenómenos: el número dorado. Este número ha alcanzado el rango de divino, ya que se ha creído que los dioses lo han utilizado para la creación del mundo.

Lo cierto es que, los números han servido para clasificar los patrones que vemos en la naturaleza. A continuación, te invito a que veas un video donde se muestra cómo los números reales aparecen naturalmente en la cotidianidad de la vida.

La sucesión de Fibonacci, la «divina proporción» de Euclides y el «número de oro».

La historia nos informa de los hechos. Nosotros los comprendemos y nos servimos de ellos.

En 1202 Leonardo de Pisa (Fibonacci) en un juego mental, relacionado con la reproducción de conejos, reencontró y popularizó un conjunto de números que hoy conocemos como «Sucesión de Fibonacci». Luca Pacioli, en el siglo XV, animado por los pintores de la época estudió los escritos geométricos de Euclides (300 A.C.) quien definió la «Divina Proporción» diciendo:

Pacioli llamó a esta razón «número de oro» y tituló su libro «Divina Proporción» (1509) en él muestra la riqueza de esta proporción que definía los cánones de belleza de las obras de arte. En el año 1600 Johannes Kepler relacionó la «sucesión de Fibonacci» con «divina proporción» y el «número de oro» de Luca Pacioli. Y así los números de Fibonacci fueron reconocidos en muchos patrones de la ciencia y del arte.