Cuando analizamos una discusión argumentativa, posiblemente, nos damos cuenta de que tiene unas fases en las que se desarrolla y diferencias importantes en los argumentos que presentan los sujetos discursivos. Estos argumentos pueden ser producto de un ejercicio razonado y razonable o producto del prejuicio y la repetición irreflexiva de lo que han dicho otros. Por eso, es importante entender la manera en la que se desarrollan las discusiones argumentadas y lo aceptable o no que puede ser un argumento. La profesora María Cristina Martínez señala que “para evaluar un texto argumentativo es necesario analizar, por un lado, si tiene incoherencias y, por otro, determinar si el razonamiento subyacente se basa en premisas aceptables que lleven realmente a la conclusión propuesta.”
Idealmente, los sujetos argumentan de buena fe, evitan falacias y paralogismos, y escuchan y sopesan objetivamente la validez de los argumentos contrarios y avanzan hacia la resolución de los conflictos; de esta manera, la sociedad puede enriquecerse. Pero no siempre ese ideal se cumple y en muchas ocasiones encontramos que los argumentos se construyen de manera defectuosa, repitiendo prejuicios y creando limitantes para la resolución de los conflictos, ahondando algunas problemáticas sociales. Es por eso que, un primer paso para el conocimiento y el desarrollo de la conciencia sobre la argumentación es hacernos algunas preguntas: ¿Qué clase de persona soy cuando discuto en el medio académico y por fuera de éste? ¿Soy metódico, crítico y razonable? ¿Acepto las falencias en mis argumentaciones? ¿Me adhiero al punto de vista ajeno cuando este se muestra como mejor sustentado que el propio?, o por el contrario, ¿soy alguien que reproduce sus prejuicios e impide la resolución de los conflictos?
En este OVA tendrás una explicación interactiva sobre las fases y reglas que posibilitan la argumentación y su desarrollo a través de argumentos; de manera que, puedas responder con más certeza las preguntas anteriores.
